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Federico Scialabba
Federico Scialabba, CEO de Music Brokers, se reunió con Jimmy Lim, fundador de Mastertrax, para debatir sobre los nuevos fondos de inversión que están operando en Asia.

Federico Scialabba, CEO de Music Brokers, se reunió con Jimmy Lim, fundador de Mastertrax, para debatir sobre los nuevos fondos de inversión que están operando en Asia.

Asia entra en el boom de la adquisición de catálogos 

La fiebre del oro por los catálogos parecía estar circunscripta al mundo occidental. Varios fondos de inversión especializados, como Hipgnosis Songs Fund, Round Hill Music y Lyric Capital Group, dieron mucho que hablar tanto en Europa como en los Estados Unidos. Incluso las majors Universal Music, Sony y Warner Music Group, entre otras grandes discográficas y editores, se acercaron a los artistas demostrando un fuerte ánimo comprador. Del otro lado del mostrador, estrellas como Justin Timberlake, Tim McGraw o Shakira han facturado por su pack de canciones, contrarrestando con creces lo que habían perdido por no hacer giras durante la época de pandemia. 

Hasta ahora, los jugadores más importantes de este festival de adquisiciones de derechos se encontraban en una latitud específica y definida. Sin embargo, durante los  últimos meses, nuevos fondos de inversión dispuestos a aportar ingentes sumas de dinero empezaron a hacer ruido dentro del mercado asiático. 

Beyond Music, con sede en Seúl, por ejemplo, asegura que es la empresa de gestión de activos de propiedad intelectual de música más grande de Asia, y comunicó su plan maestro para “conquistar el mercado mundial de propiedad intelectual de música”. El grupo anunció que espera tener un billón de wones de Corea del Sur (800 millones de dólares) en activos bajo su administración para finales del año 2022.

Durante su reunión Federico Scialabba y Jimmy Lim, quienes comparten muchos años de amistad, analizaron la realidad actual de Beyond Music, que en los últimos meses adquirió 878 canciones, propiedad de Interpark, por un valor de más de 50 mil millones de wones.

“En este caso, la mayor parte de la adquisición de derechos”, puntualiza Jimmy Lim, “se compone de canciones exitosas que se lanzaron hace más de 20 años, a mediados de 2010, como “8282” de Davichi, “Roly-Poly” de T-ARA, “Imaginación Plus” de LABOUM  y “My Love” de Lim Chang-jung; estas canciones han encabezado innumerables listas de música en el pasado y son las preferidas del público incluso hoy. Queda en evidencia su valor como inversión”.

A propósito del valor, el grupo Goldman Sachs asegura que, en todo el mundo, los compradores estuvieron impulsando las adquisiciones atendiendo el aumento que vienen registrando los servicios pagos de streaming. Las cifras indican que las herramientas de acceso que ofrecen plataformas como Spotify facilitan que los consumidores descubran canciones y que los inversores analicen las tendencias pasadas y futuras, incluyendo los flujos de efectivo. La participación de las discográficas en la transmisión paga se convirtió en un mercado de aproximadamente 12 mil millones en 2021, frente a los 2 mil millones registrados en 2015. 

Por su parte, Federico Scialabba coincide con la opinión de su colega, Jimmy Lim y asegura: “Actualmente vemos varios fondos de inversión comprando catálogos, de hecho están comprando flujo porque son obras que generan dinero. A diferencia de otras inversiones que pueden pagar dividendos si tienen o no un buen trimestre, ciertas canciones pagan siempre, todo el año, todos los años. Los clásicos pagan”.

Y si hay alguien que conoce algo de clásicos es precisamente Jimmy Lim, creador del emblemático dúo español Baccara, formado por María Teresa “Mayte” Mateos y María Mendiola, que hicieron historia en la década de los setenta. Su hit “Yes Sir, I Can Boogie” vendió más de 15 millones de copias; y Lim fue la pieza clave para que Baccara conquistara no sólo el mercado español, sino también los mercados de Brasil, Países Bajos, Reino Unido y Japón. 

Este especialista en el mercado asiático asegura que, además del auge por el crecimiento general de la industria, las ventas de catálogos se dispararon porque las tasas de interés estuvieron muy bajas durante los últimos años. Las tasas hicieron que a los fondos de capital privado y a las compañías de música les resultara económico pedir prestado para comprar catálogos. El acceso al financiamiento ayudó a impulsar esta tendencia. Y mientras la industria de la música siga en su camino de crecimiento indiscutible, adquirir canciones será cada vez más lucrativo. 

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